¿Tiene un Chimpancé Derechos Legales?

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Simba ha disfrutado de una buena vida desde que se retiró de un espectáculo de patinaje sobre hielo hace más de dos décadas. El chimpancé de 31 años vive aquí con otros cinco chimpancés en un recinto limpio protegido de los rayos solares del desierto. Al mediodía, come medio melón, seis naranjas, un manojo de espinacas y una lechuga. Sus cuidadores tratan de satisfacer su afición por Pavarotti. Simba recibe una limpieza dental cada seis meses.

Pero en cualquier momento Simba podría ser arrancado de su morada, que ha sido ofrecida por la Fundación de Primates de Arizona, y enviado a un laboratorio como sujeto de investigación médica.

¿Debería solicitar los servicios de un abogado? Más y más reformadores legales creen que sí. Esos legisladores están ejerciendo presión para conceder a los chimpancés estatus legal, más concretamente, la capacidad para que se presenten demandas en su nombre y se pida a los tribunales que protejan sus intereses.

Los chimpancés no podrían emprender esas medidas por sí solos, por supuesto, pero los defensores de los derechos de los animales afirman que los jueces podrían nombrar un custodio que se encargue de representar a los chimpancés. Se trataría de un proceso similar al que utilizan los jueces al nombrar a guardianes que representen a los niños en casos de abuso o a las personas con alguna deficiencia mental.

Colaboración con los Chimpancés, una nueva organización estadounidense que actúa a nivel nacional, ha diseñado una legislación modelo para permitir a las organizaciones sin ánimo de lucro que pidan a los tribunales que actúen como guardianes de cualquier chimpancé sometido a malos tratos. Los miembros de la coalición han recibido un total de US$1 millón durante los dos últimos años de la fundación de Rob Glaser, consejero delegado de RealNetworks Inc., una compañía de software con sede en Seattle.

Los encargados de garantizar estatus legal a los chimpancés han obtenido el apoyo de Laurence Tribe, un profesor de la Escuela de Derecho de Harvard. Tribe argumenta que el cambio no es tan grande como podría parecer: los tribunales reconocen a las empresas como «personas» jurídicas o legales. Eso implica que tienen derechos y deberes ante la ley.

«Lo que es necesario replantear es todo el estado de los monos como cosas», afirma Tribe.

En Estados Unidos, en términos legales, los animales son «cosas». Eso quiere decir que no tienen derechos por sí mismos. De lo que se trata ahora es de ampliar la definición legal de «personas» a las especies más cercanas al ser humano.

Si los chimpancés tuvieran estatus legal, los demandantes podrían solicitar órdenes judiciales que los protegiera de los investigadores, los entrenadores de los animales de Hollywood y los operadores de diversos espectáculos que podrían dañarlos física o psicológicamente. Podrían buscar daños compensatorios para cubrir los gastos médicos o para ofrecerles un retiro cómodo.

Los daños punitivos podrían incluso ser impuestos a aquellos que niegan a los chimpancés sus derechos básicos.

Steven Wise, un profesor en Harvard y autor del libro Rattling the Cage (Haciendo ruido en la jaula), un manifiesto a favor de los derechos de los chimpancés que salió a la luz en 2000, dice que los animales son más como nuestros niños y no nuestra propiedad.

No es sólo el 98,7% del ADN que las dos especies tienen en común. Al igual que el homo sapiens, los animales tienen complejas interacciones sociales, usan herramientas y enseñan a sus crías rasgos culturales específicos.

A través del lenguage de los signos algunos chimpancés parecen comunicarse al nivel de un niño de tres o cuatro años. «Si un humano de cuatro años tiene personalidad legal, entonces un chimpancé debería poder ser una persona legal en términos de derechos», dice Wise.

El abuso desenfrenado ya es ilegal. Una legislación federal exige «un entorno físico adecuado para promover el bienestar psicológico de los primates».

Pero debido a que los chimpancés actualmente carecen de derechos legales, los defensores dicen que es difícil lograr que el Departamento de Agricultura de Estados Unidos haga cumplir la ley.

«Nuestra cultura está mucho más interesada en proteger a los animales que nuestras leyes lo están», dice Cass Sunstein, profesor de Derecho en la Universidad de Chicago que respalda el nombramiento de guardianes legales para los animales como una forma de ayudar a que la ley se cumpla. «Las demandas están apenas comenzando», advierte.

Un grupo de presión de la industria farmacéutica en Washington se opone a otorgarles estatus legal a los chimpancés para detener lo que considera como un esfuerzo más amplio para acabar con toda la investigación que involucre animales.

Original de CWall Street Journal

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