El uso de óvulos congelados para la posterior fecundación in vitro es una técnica experimental de reproducción asistida muy beneficiosa principalmente para las mujeres con riesgo de pérdida prematura de la función ovárica debido a procesos cancerosos y otras indicaciones. Su eficiencia ha aumentado en los últimos años, ya hay una treintena de niños fruto de la aplicación de la técnica, pero aún no es óptima.
Un equipo de investigadores de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) y del USP Instituto Universitario Dexeus (centro docente adscrito a la UAB) ha determinado una de las causas de que muchos de los óvulos preservados por congelación no se desarrollen de forma correcta durante la fecundación in vitro. Los científicos han observado que los cromosomas de muchos de estos óvulos se desordenan durante la congelación. Se trata de un conocimiento clave para orientar los futuros esfuerzos hacia la optimización de esta técnica de reproducción. El descubrimiento ha sido posible gracias a las fotografías de la distribución de los cromosomas en los óvulos humanos congelados, obtenidas por los investigadores de la UAB y del USP Instituto Universitario Dexeus en el Servicio de Microscopía de la UAB.
La congelación de los óvulos se puede llevar a cabo de dos maneras: bien congelando el óvulo maduro cuando se encuentra en la llamada metafase II (MII), con todos los cromosomas dispuestos en el ecuador de una estructura filamentosa llamada huso; o bien congelando el óvulo cuando aún no está maduro (vesícula germinal, o VG). Las imágenes (obtenidas por microscopia confocal), que han sido portada de la prestigiosa revista Human Reproduction, muestran como la congelación de los óvulos en los dos estadios afecta en algunos casos a la estructura del huso, y por lo tanto, desordena los cromosomas de manera que se dispersan. Este desorden es más probable en el caso de congelación en estado MII, y en muchos casos (pero no siempre) puede dar lugar a anomalías en el número de cromosomas de las células embrionarias una vez el óvulo es fecundado, que se traducen en una baja eficiencia en la implantación en el útero.
Los investigadores sugieren llevar a cabo estudios con un número más grande de óvulos para obtener datos más fiables sobre el estado de los cromosomas de los embriones que provienen de óvulos congelados; así como la inclusión de un diagnóstico genético preimplantacional en el protocolo de reproducción asistida basado en la congelación de óvulos para incrementar la seguridad y la eficiencia del método de reproducción. Este tipo de diagnóstico consiste en seleccionar los embriones sin anomalías cromosómicas antes de ser transferidos al útero de la futura madre, cuando sólo tienen 8 células y tres días de desarrollo.
Los autores del estudio afirman que, actualmente, la aplicación de esta técnica de reproducción se ha de limitar a casos concretos de mujeres que actúan como donantes para ellas mismas a causa de un alto riesgo de pérdida prematura de la función ovárica. Sería el caso de mujeres sometidas a procesos de radioterapia y/o quimioterapia, que tienen quistes ováricos o que sufren endometriosis.
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