Hallado el mayor cuerpo celeste del sistema solar desde Plutón, en 1930

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Un nuevo mundo helado y distante ha sido hallado más allá de Plutón, en los confines del Sistema Solar. No es tan grande como un planeta, pero orbita el Sol en un camino circular y es el mayor cuerpo celeste encontrado alrededor de nuestra estrella desde 1930, cuando fue descubierto Plutón. Quaoar, como ha sido bautizado provisionalmente el objeto, tiene 1.300 kilómetros de diámetro (un poco más de la mitad del tamaño de Plutón) y es un cuerpo formado por hielo y rocas que habita el enorme cinturón de Kuiper, la cuna de los cometas que se acercan al Sol.

Quaoar se encuentra a unos 6.400 millones de kilómetros de la Tierra. Eso se traduce en que su órbita está unas 44 veces más lejos del Sol que la de la Tierra, mientras que la de Neptuno está 30 veces más distante y la de Plutón 39,5 (en este caso como media). La luz del Sol tarda cinco horas en llegar allí y una persona andando tardaría 100.000 años, según los cálculos hechos por sus descubridores. El nombre le viene de un término que significa ‘fuerza de la creación’ entre los indios Tongva, los antiguos habitantes de la zona de Los Angeles, en Estados Unidos, de los que sólo se reconocen como tales unas 300 personas en la actualidad, según la información que han puesto en Internet.

Telescopios

Para analizar el recién hallado cuerpo celeste, los astrónomos han recurrido a los mejores telescopios, como el Hubble en el espacio y el Keck en la Tierra, así como al gran radiotelescopio hispanoalemán (IRAM) situado en Sierra Nevada. Quaoar es el primer objeto del cinturón de Kuiper medido directamente por un telescopio (el Hubble con su nueva cámara) en toda la historia de la astronomía.

El tamaño de otros objetos menores hallados en los últimos años en esta zona (dos de ellos alcanzan los 900 kilómetros de diámetro) ha tenido que ser deducido de otros valores, como la temperatura y la reflectividad. El radiotelescopio situado en España fue utilizado para confirmar el tamaño de Quaoar, midiendo su temperatura.

El hallazgo de este nuevo objeto del cinturón de Kuiper no puede considerarse casual, ya que es el fruto más importante de una búsqueda sistemática emprendida por dos astrónomos del Instituto Tecnológico de California (más conocido como Caltech) que utilizan el histórico observatorio de Monte Palomar. Michael Brown y Chadwick Trujillo, que anunciaron ayer el descubrimiento en una reunión de ciencias planetarias en el Estado de Alabama, están seguros de que existen muchos más grandes objetos en esa zona prácticamente desconocida, ya que hasta ahora sólo han analizado el 5%. Llevan desde el año pasado fotografiando desde el telescopio Oschin, de 1,2 metros, el cinturón de Kuiper para comprobar si algo se ha movido.

Este telescopio es el mismo que la NASA utiliza para detectar asteroides que puedan suponer una amenaza para la Tierra. En julio de este año Brown y Trujillo observaron por primera vez un puntito descolocado y tuvieron la suerte de que al examinar series antiguas de placas astronómicas del mismo observatorio encontraron a Quaoar en imágenes que se remontan a 1982, y en las que su existencia pasó inadvertida.

Una vuelta cada 288 años

Con estos datos, los astrónomos han podido saber mucho de Quaoar en sólo seis semanas de observación. Saben que da una vuelta cada 288 años al Sol en una órbita circular, como lo hacen casi todos los planetas, y que gira sobre sí mismo, aunque todavía no se sabe a qué velocidad. No se conoce de qué está hecho, aunque lo más probable es que sea un amasijo de rocas con mucho hielo, en cuya composición ya se ha detectado agua; un cuerpo parecido a, aunque mayor que, los cometas. Tampoco se sabe si tiene atmósfera. Por su tamaño es mayor en volumen que todos los demás asteroides encontrados hasta ahora reunidos.

Los astrónomos están muy interesados en saber más cosas de los objetos del cinturón de Kuiper, de los cuales se han detectado ya 500, porque creen que contienen más información sobre cómo se formó el Sistema Solar que los planetas, más cercanos al Sol y por tanto sometidos a los cambios inducidos por su radiación.

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