Existe la vida después de la muerte… para los teléfonos móviles

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Los fabricantes de teléfonos móviles están aumentando sus esfuerzos de reciclaje con el fin de reducir la creciente montaña de chatarra electrónica.

Grandes empresas como Nokia, Ericsson y Siemens firmaron un acuerdo en el que se comprometen a hacer aparatos más fáciles de reciclar y a asegurarse de que los consumidores conozcan la mejor forma de deshacerse de los viejos teléfonos.

El plan tiene como objetivo a millones de europeos que guardan modelos antiguos en cajones como repuesto o los tiran a la basura.

Los fabricantes lanzan nuevos modelos constantemente y la edad promedio de un teléfono móvil es de unos 18 meses. La Unión Europea (UE) estima que sólo en Gran Bretaña, quince millones de teléfonos en desuso fueron guardados en las casas el año pasado.

La UE también introdujo una directiva sobre desperdicios electrónicos para los países que integran el bloque. Esta iniciativa obligará a los fabricantes a recoger los viejos productos para reciclarlos.

La directiva se aplica a todos los aparatos eléctricos, incluidos los televisores, refrigeradores, DVDs y computadoras. Actualmente, sólo el 10 por ciento de estos bienes de consumo durables se reciclan en Europa.

La mayoría de los teléfonos móviles están hechos principalmente de plástico y metal, materiales que en la mayoría de los casos pueden reciclarse, mientras que aquellos aparatos que sigan funcionando bien pueden volver a venderse.

«La cubierta de plástico puede derretirse y reutilizarse en bancos de parques u otros artículos de plástico duro», dijo Aki IItänen, de la empresa finlandesa de reciclaje Ekokem.

La batería del teléfono, en geneal hecha de litio o níquel, también puede reciclarse, según Itänen. «Podemos reutilizar entre el 60 y 80 por ciento de la batería, sobre todo la parte metálica, dependiendo de la edad y calidad el teléfono», agregó.

La placa eléctrica contiene sustancias potencialmente tóxicas, como oro, plomo y zinc. «Estos metales, una vez separados de la placa, pueden fundirse para que la industria electrónica los reutilice», dijo Itänen.

Pero muchos de los antiguos teléfonos, que contienen sustancias químicas como el cadmio, pueden tener un efecto devastador en los seres humanos y los animales si se tiran a la basura y las toxinas entran en la cadena alimentaria.

La UE estima que el cadmio de un único teléfono celular podría contaminar 600.000 litros de agua.

Pero muchas personas no ven sus teléfonos móviles como un artículo reciclable, según Peter Hine, de Móbile Takeback Fórum, un grupo industrial con sede en Gran Bretaña.

«Las personas piensan que el teléfono vale algo o tiene una especie de valor sentimental asociado a él», explicó. «Es esencial que los antiguos teléfonos sean devueltos al vendedor, que tendrá la experiencia y el conocimiento para enviarlos a quien los recicle», comentó.

«El reciclaje es una responsabilidad compartida entre fabricante y consumidor», resaltó. «Concierne a todas las partes garantizar que los teléfonos causen un riesgo mínimo al medio ambiente», añadió.

Muchas empresas aseguran que ya están haciendo su parte por el medio ambiente.

Nokia dijo que desde hace años tiene una política de intercambio de viejo por nuevo. «Hay variantes regionales en Europa… pero la mayoría de nuestros distribuidores aceptarán teléfonos viejos para reciclaje», dijo una portavoz. «Y muchos operan con una devolución de dinero o con un cambio del viejo por el nuevo», añadió.

CNN Español

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