El Genoma de la Abeja

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El Baylor College of Medicine Human Genome Sequencing Center ha iniciado la secuenciación del genoma de la abeja. Este insecto productor de miel es una de las cinco especies seleccionadas recientemente por el National Institutes of Health para que los científicos secuencien su genoma.

El departamento de entomología de la Texas A&M University ha colaborado en la fase inicial de la iniciativa, que ya está en marcha. Tanto esta universidad como la industria apicultora tejana han aportado esfuerzo y dinero para comprar el material necesario, de manera que Baylor pueda empezar a recoger información lo antes posible.

Una célula posee en su núcleo largos filamentos de ADN, el código genético que contiene toda la información para crear y controlar cada célula del organismo. El ADN tiene el aspecto de una larga escalera en espiral: los «escalones» de la escalera están hechos de unidades químicas llamadas bases. Los grupos de bases forman los genes, que determinan los rasgos físicos heredados y buena parte del comportamiento. La secuenciación de toda esta información genética (el genoma), requiere identificar y determinar el orden de los miles de millones de bases que forman el ADN y los genes individuales.

La abeja es la primera especie agrícola que se secuencia, por eso es tan importante. Científicamente hablando, la abeja muestra un comportamiento social increíblemente complejo, tiene una habilidad cognitiva muy sofisticada, a pesar de que su cerebro es sólo la mitad del de la mosca de la fruta. Tiene una habilidad extraordinaria para comunicarse. Sus «bailes» la clasifican como los únicos animales conocidos, aparte de los humanos, que tienen un lenguaje simbólico. Además, vive en un ambiente muy húmedo y cálido, ideal para el cultivo de bacterias y otros patógenos, siendo sin embargo muy resistente a las enfermedades. Estas y otras consideraciones han hecho especialmente atractivo el proyecto de la secuenciación de su genoma.

Las abejas, de hecho, están siendo estudiadas por el Departamento de Defensa estadounidense como una especie centinela, que podría localizar agentes peligrosos, como sustancias químicas y biológicas tóxicas para nosotros. Sus habilidades olfativas parecen ser tan buenas como las del perro, sino más.

Adicionalmente, cada cromosoma de la abeja es un «cromosoma-X», con una copia en el macho y dos en la hembra. Las mutaciones en el cromosoma-X de los humanos son responsables de muchas enfermedades, como el síndrome de Turner, la Trisomía-X, el síndrome de Kleinfelter, la hemofilia, etc. Secuenciar el genoma de la abeja nos permitirá hacer análisis comparativos para estudiar cuestiones como la expresión genética, el desarrollo sexual o las enfermedades relacionadas con este tipo de cromosoma. Tampoco olvidamos el papel esencial de las abejas en la polinización de los cultivos agrícolas.

Baylor realizará la secuenciación siete u ocho veces, el equivalente a 270 millones de bases. La recolección de datos tardará unas seis semanas. Después, habrá que colocar junta de nuevo toda esa información y se dará forma al genoma definitivo. El próximo paso será identificar dónde están los genes, qué hacen, qué elementos reguladores los controlan, como se activan y desactivan, etc.

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