El equipo, el poli bueno y el poli malo

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Estos días, y cada vez más, me estoy dando cuenta de la importancia del equipo en una empresa, y sobretodo el concepto de delegar. A los emprendedores no nos gusta mucho eso de delegar, aunque en ocasiones no queda otra.

Como os comentaba en el último artículo, tengo la suerte de haber ido encontrándome por el camino de OJO a un buen equipo. Carmen es una máquina y en los casi 2 años que lleva conmigo ya es completamente autónoma, toma decisiones sobre la parte de redacción (excepto en OJObuscador, que soy yo el que mando al 100%) algo que hace que no tenga que preocuparme de prácticamente nada. De tanto en tango hacemos una pequeña reunión para saber cómo va todo, yo me voy mirando las estadísticas, pero al final todo dice que la gente nos lee y punto, sin más explicaciones 🙂

Por otro lado está Elisenda. Entró a mediados de diciembre como becaria pero, la verdad, es que me ha sorprendido… por desgracia no paso todo el tiempo que quiero con ella, porque sé que si le explicase más cosas, sería capaz de que la rueda se hiciera más grande y girase cada vez más rápido… En el fondo me gustaría que se diera más manga ancha a la hora de hacer cosas, aunque entiendo que aún no esté al 100% segura de algunas cosas… pero bueno, al fin y al cabo, los becarios están para aprender y ese es mi objetivo: «crear un monstruo» (en todo el buen sentido de las palabras) que sea capaz de arrasar lo que se le ponga delante…

Aunque de quién cada vez estoy aprendiendo más es de Jaume. En el fondo es un poco «mi maestro» sobretodo porque él lleva muchos más años que yo en «esto de ser jefe». Yo siempre digo que no soy jefe… sí, tengo un equipo al que dirijo, soy el que pone algunas directrices, pero no me gusta ser «el jefe» (para eso siempre estará Carlos, aunque haga años que no sea mi jefe para nada :P). Por ejemplo, estos días atrás cuando hemos estado haciendo la selección de personal de EtheK, la verdad es que la parte de hacer entrevistas nunca se me ha dado muy bien… pero tras hacer 10 o 12 creo que ya le tengo el puntillo pillado… Aunque en esta ocasión el «poli malo» era yo. Jaume les explicaba las bondades de trabajar en una nueva empresa y bla bla bla y luego me los llevaba yo a putearlos un rato haciéndoles una prueba.

En cambio, ahora que «voy a ser su jefe» (ya que el equipo nuevo dependerá completamente de mi, o eso me han dicho) no me mola que tengan la imagen de ser «el poli malo». Aunque supongo que tras la segunda reunión, en la que ya miramos otros elementos, el poli malo se convirtió él y yo un poco el que va llamando, el que hace algo más de coñas

Y es que montar un equipo no es nada sencillo. Necesitas gente capacitada, gente responsable y, últimamente, me estoy dando cuenta de que cuantos menos seamos, mejor, porque casi siempre la efectividad, la coordinación y la sencillez a la hora de actuar es mucho mayor… Y es que, por si no se nota, tengo muchas ganas de darle un empujón a los proyectos, porque creo que vamos a ir lanzando algunas cosas que muchos no se esperan.

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2 respuestas a «El equipo, el poli bueno y el poli malo»

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