Los Hielos Eternos del Artico Están Desapareciendo

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El hielo perenne que se encuentra en el océano Ártico está fundiéndose más rápidamente de lo que creíamos, hasta un 9 por ciento por década. Si este ritmo sigue manteniéndose, desaparecerá por completo antes de que acabe este siglo.

Los científicos creen que la elevación de las temperaturas, y las interacciones entre el hielo, el océano y la atmósfera aceleran el proceso.

El hielo perenne o eterno flota en los océanos polares y permanece en ellos incluso a finales del verano, cuando la cubierta helada se encuentra en su fase mínima y todo el hielo estacional se ha deshecho. Este hielo que dura todo el año promedia un grosor de unos 3 metros, pero puede alcanzar los 7 metros en algunos casos.

Un estudio realizado por científicos del Goddard Space Flight Center indica que las temperaturas en el Ártico se están incrementando a un ritmo de 1,2 grados Celsius por década. Cada año, detectamos menos hielo en la zona, en la época del mínimo, y aunque no afecta a los niveles de altura de los mares, esta situación podría tener un profundo impacto en los sistemas de circulación oceánica, en los organismos vivos que viven en estas regiones, en las rutas de tránsito de los barcos, y en el propio clima global.

Menos hielo implica un clima y una ecología muy diferentes, explica Josefino Comiso, el autor principal del estudio. Comiso y sus colegas usaron datos procedentes de satélites para hacer un seguimiento de la capa helada en el Ártico y de las temperaturas en la zona entre 1978 y 2000. El resultado es un registro que compila los valores anuales del hielo perenne.

El ritmo de su declive probablemente se acelerará en el futuro, debido a la relación entre el hielo, el océano y la atmósfera. A medida que las temperaturas crecen, la cubierta helada se hace más pequeña durante el verano, el océano absorbe más calor solar, y más hielo se funde debido a que la capa de agua superior está más caliente. Esto implica también un retraso en su congelación durante el otoño, y la formación de una cubierta de hielo más delgada en invierno y primavera, haciéndola más vulnerable al deshielo durante el siguiente verano.

A corto plazo, se abrirán más rutas marítimas que podrán aprovechar los barcos mercantes, e incluso se incrementará la productividad biológica. Sin embargo, el clima regional y global se verá afectado, ya que el hielo del verano en el Ártico refleja luz solar hacia el espacio, enfriando la superficie terrestre y calentando la atmósfera. Esto cambiará.

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