03-12-2002

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Imágenes del día 3 de Diciembre de 2002


Fuel en la playa de As Lapas.


Otra imagen del vertido llegado a las playa de As Lapas.


Al arenal llegaron muestras de gran tamaño.


Empleados de Ferroser limpiando el fuel.


Esteban Lereo y Carlos García Touriñán observan el desastre.


Un arao petroleado yace muerto en la playa. Esta ave se encuentra en grave peligro de extinción.


Un petrolero entrando en el muelle, mientras en primer plano se aprecia la marea negra del «Prestige».


Una mujer intenta quitarse el fuel que se pegó a sus pies en la playa de Bastiagueiro.


La playa oleirense es de las más afectadas.


Otra imagen de la playa de Mera.


Una mancha amenaza al puerto marinero.


El vertido llegó a las puertas del chalé de Manuel Fraga.


Otra imagen del vertido en la playa de Perbes.


Pequeñas bolitas de fuel se confunden entre las algas.


Las naves de la ría de Arousa salieron al encuentro de las primeras manchas de fuel.


Marineros arousanos empapados de chapapote limpian una de las zonas de marisco más ricas del mundo.


La grúa de un barco pesquero recoge el fuel.


Cualquier medio es válido para limpiar las manchas.


Los barcos intentan aislar y recoger el chapapote con barreras medio improvisadas.


Las aves siguen siendo las víctimas más visibles de la marea negra.


Los «contenedores» utilizados para recoger el crudo son llevados al puerto para volver después a por más fuel.


Un grupo de mariscadores de Aguiño recogen fuel en la zona de Sagres.


Ante la falta de medios dispuestos por las administraciones, las gentes del mar de las dos orillas de la ría de Arousa se decidieron a combatir la marea por sus propios medios.


El puerto de Aguiño, en la orilla norte de la boca de la ría sirve como base a los cientos de embarcaciones que recogen fuel.


Sin trajes especiales, sin barcos especializados, los bateeiros, embarcaciones muy planas y maniobrables, fueron de suma utilidad.


El crudo recogido del mar fue depositado en contenedores.


El fuel recogido fue descargado en el puerto de Aguiño.


A duras penas los voluntarios pueden almacenar todo el fuel recogido.


Los voluntarios recogieron con sus propias manos el «chapapote».


A la «batalla» acudieron barcos de Arousa y Ribeira. Estaba en juego la supervivencia de la zona marisquera más rica de Europa.


Los pescadores de Arousa y Ribeira decidieron salir al mar para eliminar las pequeñas manchas de fuel que han aparecido cerca de la costa.


Los marineros recogían el fuel desde pequeñas lanchas y luego lo llevaban a barcos mayores. Estos, a su vez, lo depositaban en en camiones cisterna.


Los marinos se enfrentan a la toxicidad del fuel con sus trajes de aguas como única protección.


En pequeñas barcas y, armados solamente con trueles, los pescadores retiran poco a poco el fuel que amenaza la ría.


Los pesqueros se convirtieron en improvisados barcos anticontaminación.


La labor se vio dificultada por la niebla, que impidió a los barcos continuar su tarea de recogida.


Los cascos de las embarcaciones se tiñeron de negro durante la limpieza.

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