Un mensaje SMS al día puede mantener alejado al diablo en Italia

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Danos hoy nuestro mensaje SMS de cada día. Los creyentes del frenético mundo de hoy pueden encontrar la inspiración gracias a esa compañía omnipresente – no, no es el Ángel de la Guardia sin el teléfono móvil. La mayor operadora de teléfonos móviles de Italia, TIM, ha comenzado un servicio para ofrecer a los clientes mensajes SMS con «el ruego del día», «el santo» o «el evangelio del día», según informó Reuters.

Los cuatro pitidos que señalan la llegada de uno de estos mensajes son la última oportunidad ofrecida a los católicos italianos para ayudarles a alcanzar el Cielo a través de la tecnología.
La plegaria del miércoles era: «Oh, Dios, permíteme darme libremente sin esperar nada a cambio».

Pero ni siquiera los ruegos son gratis en estos días. El servicio cuesta unos 15 céntimos cada mensaje – una nueva perspectiva al concepto de centavos del cielo.

Italia, uno de los países con más tradición católica del mundo, ha abierto la puerta a la religión de tecnología avanzada.

Las páginas ‘web’ disponibles para los italiano incluyen «Ángeles online» que dirán todo lo que uno quiera saber sobre los 72 ángeles y arcángeles. También incluye una sección explicando «el contrato con tu Ángel de la Guarda».

Después está «la Biblia online» y «Dios Existe y está en la Red». Si uno tiene nombre de santo y quiere encontrar todo sobre su vida, presiona sobre la página «Santos, bendecidos y testigos».

Comparada con otras instituciones, el Vaticano llegó tarde a la Red pero hizo mucho ruido cuando lo hizo en 1997.

Su página de Internet funciona a través de tres servidores con los nombres de los arcángeles – Rafael, Miguel y Gabriel.

Rafael almacena gráficos y rutas de navegación, Miguel protege el sitio de los piratas cibernéticos y Gabriel sirve como interfaz entre los otros dos servidores y el mundo exterior.

Pero el Papa Juan Pablo II es probablemente el único líder mundial sin una dirección de mensaje electrónico personal. No tiene ordenador en su despacho y sigue escribiendo los discursos a mano y en polaco o se los dicta a sus asesores.

Y no, uno no puede confesarse a través de Internet. La autopista de la información sigue parándose ante la gruesa cortina de terciopelo de los confesionarios.

IBLNews

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