El visionario escritor francés del siglo XIX Julio Verne describió en una ocasión un fantástico mundo futurista en el que los autos funcionarían con aire. Quizás no estaba completamente equivocado.
El inventor, aficionado a los autos y ecologista Guy Negre ha fabricado un vehículo que funciona con aire comprimido y espera que circule por las carreteras del mundo en los próximos años.
Dentro del auto de Negre, aire frío comprimido en tanques a 300 veces la presión atmosférica se calienta y alimenta los cilindros de un pistón.
No existe combustión, por lo que no contamina. De hecho, según explicó Negre, el aire del tubo de escape es más limpio que el aire que entra, gracias a un filtro interno.
El vehículo puede llenarse de aire en casa usando un compresor eléctrico y Negre espera que, algún día, los conductores puedan recargar los vehículos en estaciones de servicio en tres minutos por tan sólo tres dólares.
El auto de aire, que, según su inventor, costará aproximadamente 6.700 dólares, tiene una apariencia similar a la del vehículo de ciudad Smart de DaimlerChrysler, con una fila de asientos lo suficientemente amplia para tres personas y una parte delantera en forma ovalada.
«Necesitamos una alternativa a la norma de devorador de gasolina por lo que decidí fabricar uno», dijo el ex ingeniero de carreras de Formula 1 en un show automovilístico en París, donde su modelo estuvo entre los más recientes autos deportivos.
¿Demasiado bueno para ser cierto?
Negre, quien ha estado trabajando en el auto durante 10 años, admitió que suena demasiado bueno para ser cierto. Pero dijo que algunos expertos de la industria que se burlaron de su invento se habían acercado a su mostrador para ver más de cerca el vehículo.
Algunos destacaron que, aunque el automóvil por sí mismo no genera contaminantes, la electricidad que se necesita para comprimir el aire sigue viniendo de las plantas eléctricas que emiten humo o generan peligrosos desechos nucleares.
Otro gran obstáculo para hacer que los autos eléctricos sean comerciales es que, a pesar de décadas de investigaciones, aún necesitan recargarse más continuamente que los modelos convencionales de combustible. Algunos expertos sostienen que no hay razón del por qué el «auto de aire» debería ser diferente.
«El concepto del auto que funciona con aire no es totalmente descabellado», dijo John Wormald, de la consultora Autopolis, quien agregó que fueron locomotoras impulsadas por aire las que se utilizaron para excavar la vía férrea alpina y evitar así la emisión de humos tóximos al medio ambiente.
«Pero como todas estas ideas maravillosas, el problema es cuánta densidad de energía se puede meter en un tanque», comentó Wormald.
Negre dijo que su auto CityCAT funciona durante un máximo de alrededor de 10 horas a una velocidad baja antes de necesitar recargarse. Insiste en que éste no es un problema en la medida en que los conductores puedan recargarlo en casa.
Wormald aseguró que esto sería imposible para alguien que no tenga un garaje privado o un espacio en un estacionamiento.
Los escépticos podrían preguntar si las grandes firmas petroleras estarían dispuestas a equipar sus estaciones de llenado con nueva tecnología que cambie la gasolina por aire.
Un auto con límite urbano
Negre admitió que el CityCAT, que según dijo alcanza una velocidad máxima de 110 kilómetros por hora, funcionará sólo como un auto de ciudad y coincidió en que probablemente no convencerá a los admiradores de los motores de que renuncien a sus Mercedez Benz o BMW aún.
«No es una alternativa real al auto estándar. Es un vehículo urbano que se comercializará principalmente como un segundo auto, destinado principalmente a quienes tiendan a buscar vehículos pequeños que usen para distancias cortas», afirmó.
Wormald reconoció que el modelo de negocio tiene fallos.
«El problema es que la gente no sólo quiere comprar autos que únicamente pueda usar en las ciudades. Probablemente, no saldrán al interior del país cada fin de semana, pero les gustaría saber que lo podrían hacer si quisieran», dijo.
Pero Negre, quien se describe a sí mismo como un automovilista a quien le importa el estado del planeta en vez de un ambientalista total, insistió en que el auto impulsado por aire es la primera alternativa viable a los convencionales vehículos de combustible.
«Soy un firme creyente en que los autos significan libertad y que la gente no renunciará a la libertad, sin importarle lo que se esté haciendo al ambiente. Por lo que la única manera de salvar al planeta es salir con un auto que no lo dañe», indicó.
Los vehículos convencionales que operan con combustibles fósiles — petróleo, carbón — aún emiten un décimo del dióxido de carbono fabricado por el hombre, al que se responsabiliza de los patrones anormales climáticos y de provocar desastres naturales.
En vez de vender los autos directamente, la compañía de Negre, Motor Development International, ofrece a los inversores un paquete de fabricación que contiene la maquinaria necesaria para ensamblar los autos.
«Buscamos tener el primer CAT en el camino a mediados del 2003, y la primera venta se realizaría a finales del 2004», dijo Negre.
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