El almirante retirado Poindexter no es un personaje cualquiera. Es un delincuente convicto por cinco cargos que incluyen destruir documentos, mentir al Congreso y obstruir a la Justicia. Todo durante el escándalo Irán-Contra: la venta de misiles a un estado considerado terrorista para financiar ilegalmente una guerrilla, la Contra nicaragüense.
Pese a todo, Poindexter no ha desaparecido de la escena. Desde hace unos meses, es el encargado de elaborar un sistema informático de recogida y procesamiento de información del mundo, que controlará a todos los ciudadanos que residan o transiten por los Estados Unidos.
Se trata de una pieza esencial del nuevo superministerio de Seguridad 170.000 funcionarios, 40.000 millones de euros de presupuesto aprobado por George Bush este lunes. El proyecto tiene el nombre de Total Information Awareness. Aunque una parte de la prensa norteamericana prefiere referirse a él como el Gran Hermano por la novela 1984, de George Orwell, donde todos los ciudadanos son controlados en todo momento por un poder dictatorial.
Jonathan Turley, profesor de Derecho Constitucional en la Universidad George Washington, advertía en Los Angeles Times que Orwell reconocería el plan para monitorizar a ciudadanos usando bases de datos. Y explicaba: Sin notificación pública o debate alguno, la Administración está creando la mayor base de datos y el mayor sistema informático del mundo.
Algo que llevaba a William Safire a titular en The New York Times: Tú eres un sospechoso. Y añadía: Cada compra que hagas con tarjeta, cada suscripción a una revista que hagas, cada prescripción médica que rellenes, cada sitio web que visites y cada e-mail que envíes y recibas, cada grado académico que obtengas, cada depósito bancario que hagas, cada viaje que reserves y cada acontecimiento al que asistas… Todas estas transacciones y comunicaciones irán a lo que el departamento de defensa describe como una gran base de datos virtual y centralizada.
Hasta el momento, ningún Gobierno había intentado nunca nada igual. Por un motivo muy simple. Técnicamente era imposible controlar cantidades tan enormes de ciudadanos al mismo tiempo. Ahora, la capacidad de las nuevas tecnologías permite derribar esas barreras.
Las empresas del sector, oliéndose los beneficios que van a obtener con este proyecto, están frotándose las manos. Por ejemplo, la empresa de seguridad Bea Systems, ha reconocido que en los últimos 90 días ha obtenido 90 contratos del Gobierno de EEUU. Y Microsoft ya tiene su propio director de homeland security (seguridad interior). Su función: trabajar con el Gobierno de EEUU para determinar prioridades informáticas y colaborar en sus proyectos.
Los números bailan y fluctúan de una fuente a otra, pero sirven para dar una idea de las descomunales inversiones que caerán como maná sobre la industria. Así, se gastarán más de 2.100 millones de euros sólo en equipos biométricos, bases de datos y en montar una red informática. El sistema para rastrear las entradas y salidas de todos los extranjeros que pasan por EEUU costará al menos 380 millones de euros.
Además, el Gobierno tiene otro proyecto diferente con otro presupuesto para espiar a los estudiantes que llegan de otros países.
El nuevo sistema podría estar listo en un año, en octubre de 2003. A partir de ese momento, se controlará e investigará, por principio, a todos y cada uno de los ciudadanos y no sólo a aquéllos de quienes exista una sospecha de estar implicados en actos delictivos.
Es la culminación de lo que John Gilmore denomina el movimiento del Gobierno USA para imponer un control totalitario en el último año con juicios secretos, listas de enemigos, vigilancia doméstica masiva. ¿El motivo? El lingüista y politólogo Noam Chomsky cree que buscan imponer obediencia minando las libertades civiles y promoviendo una rama distorsionada de patriotismo que intenta suprimir el debate democrático.
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