Educación recupera la reválida al final del bachillerato

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El examen incluirá una exposición oral para medir los conocimientos y la madurez del alumno

El Gobierno anunció ayer que implantará al final del bachillerato la reválida, una prueba que desapareció con la Ley General de Educación de 1970. La secretaria general del Ministerio de Educación, Isabel Couso, anunció que se estudia además introducir un examen de homologación de conocimientos al final de la educación primaria o de la secundaria obligatoria (ESO).

En la reválida, que presumiblemente se denominará Prueba General de Bachillerato (PGB) y que entrará en vigor en el curso 2004-2005, el Gobierno planea incluir un examen oral para medir los conocimientos y la madurez de los alumnos. Esta prueba podría ser una exposición o debate. La reforma, incluida en la Ley de Calidad, también prevé crear cuatro itinerarios en la ESO.

La secretaria general de Educación, Isabel Couso, explicó algunos aspectos del contenido que planea introducir el Ministerio en la futura Ley de Calidad referidos a cuatro cuestiones: los exámenes de homologación de conocimientos externos a los centros (es decir, realizada por personal ajeno a cada instituto); los itinerarios en los que se dividirá a los alumnos de la ESO de los 14 a los 16 años; la eliminación de la promoción automática, unida al aumento de las repeticiones de curso, y la reforma de la selección, el nombramiento y la formación de los directores de los centros educativos. Éstos son los principales aspectos que introducirá el Ministerio:

Reválida. Los alumnos que deseen obtener el título de bachillerato y acceder a la universidad deberán superar una prueba de reválida . El contenido de la prueba al final del bachillerato será elaborado por profesores de educación secundaria y universitarios, con el protagonismo de los primeros, al revés de lo que ocurre ahora con la selectividad. Los primeros alumnos que tendrán que realizarla serán, presumiblemente, los que empiecen 1º de bachillerato en el curso 2003-2004 (que actualmente están estudiando 3º de la ESO). Se prevé que la selectividad desaparecerá el curso siguiente, justo cuando esos mismos alumnos concluyan el 2º de bachillerato. Con la nueva Ley Orgánica de Universidades (LOU), que entró en vigor hace apenas un mes, las universidades tienen libertad para decidir si hacen pruebas de acceso a la universidad y en qué consistirán.

Itinerarios. El Ministerio planea además dividir a los alumnos a los 14 años en cuatro itinerarios, en lugar de en tres, como había mencionado en varias ocasiones la ministra de Educación, Pilar del Castillo. Los tres itinerarios anunciados -que cursarían los estudiantes en 3º y 4º de ESO (de los 14 a los 16 años)- están destinados a los alumnos que vayan a cursar el bachillerato, a los que se dirijan a la FP y a los encaminados a la inserción laboral, es decir, para los alumnos que quieran dejar de estudiar a 16 años.

El cuarto itinerario que estudia introducir el Ministerio supondría un replanteamiento de la actual garantía social. Ésta la cursan ahora los estudiantes que cumplen 16 años antes de terminar la ESO, es decir, los que no obtienen el graduado en educación secundaria y, por tanto, fracasan. El Ministerio calcula que el fracaso escolar ronda el 30%. Al incluir a estos estudiantes en el cuarto itinerario, recibirían al finalizarlo el título de graduado en educación secundaria y podrían, según dijo Couso, acceder al bachillerato o a la FP.

La secretaria general de Educación reiteró ayer que los estudiantes de todos los itinerarios recibirán el mismo título. Los responsables del Ministerio consideran que esto no tiene por qué causar problemas, ya que cada itinerario estará configurado con una ‘combinación de asignaturas’ relacionadas con los estudios a los que esté encaminado. Por ejemplo, un alumno que curse el itinerario de FP es posible que no estudie la materia de física y que curse el nivel B de matemáticas en lugar del A, que se estudiaría en el itinerario del bachillerato. Por lo tanto, a ese alumno le resultaría difícil aprobar el bachillerato si decidiera matricularse en él a pesar de haber cursado el itinerario de FP. La decisión de la salida del alumno una vez acabada la ESO irá reforzada con alguna medida, aún por determinar, entre las que se barajan la posible prueba citada anteriormente, un curso puente o la creación del consejo de orientación formado por los profesores del centro escolar.

Couso insistió en que el Ministerio pretende hacer un currículo de la secundaria ‘lo más flexible posible’. Por esta razón, el Gobierno estudia las posibles alternativas que se podrían incluir en la Ley de Calidad para permitir que un alumno acceda, por ejemplo, al bachillerato, aunque haya cursado el itinerario de FP o el dirigido a la inserción laboral. Entre las posibilidades que se barajan figura la creación de un curso puente.

En cuanto a la decisión de cursar uno u otro itinerario en la ESO, Couso aseguró que la elección será voluntaria por parte del alumno, pero supeditada a la opinión de los profesores y de las familias.

Según la secretaria general, el Ministerio estudia además la posibilidad de propiciar que haya en el futuro ‘centros públicos especializados’, bien en humanidades o en tecnología, de acuerdo con la demanda, el tipo de alumnado y el perfil de los centros.

El País

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